Introducción

El ankylosaurus (Ankylosaurus magniventris) fue un dinosaurio que habitó el norte del continente americano durante el período Cretácico de la Era Mesozoica. Sus fósiles fueron descritos por primera vez en 1908 por el paleontólogo estadounidense Barnum Brown. Esta es la única especie del género Ankylosaurus descubierta hasta ahora. El aspecto peculiar de este dinosaurio ha llamado la atención de los especialistas. Su coraza protectora y su cola fueron sus elementos característicos, los cuales le garantizaban protección ante los posibles depredadores o contendientes con los que pudiese encontrarse.


Características Principales

El anquilosaurio era considerado como un organismo eucariota pluricelular, es decir, estaba conformado por una amplia variedad de células, cada cual especializada en funciones diferentes. Así mismo, las células presentaban un núcleo dentro del cual se encontraba el ADN formando a los cromosomas. Desde el punto de vista del desarrollo embrionario, los especialistas consideran que este animal podía ser triblástico y que por lo tanto presentaba las tres capas embrionarias: ectodermo, mesodermo y endodermo. A partir de ellas se formaban los órganos que conformaban al individuo adulto. Este eran un animal con simetría bilateral, es decir, su cuerpo estaba conformado por dos mitades exactamente iguales que se unían en el plano longitudinal. Igualmente, se podía considerar un dinosaurio pacífico, aunque cuando se sentía amenazado podía ser realmente feroz, especialmente cuando hacía uso de su gran cola con su mazo caudal.

Este dinosaurio era considerado un animal de hábitos solitarios que solo se sumaba a individuos de su misma especie cuando era el momento de aparearse. Se reproducía de forma sexual, con fecundación interna y, se cree que eran oviparos.


Hábitat y Descubrimiento 

Un dinosaurio que habitó principalmente en la parte norte del planeta, específicamente en el continente americano en la zona que hoy en día pertenece a Norteamérica. Algunos especialistas en el tema exponen que el anquilosaurio habitó en una isla que se encontraba en la costa oeste del continente norteamericano, conocida con el nombre de Laramidia. Las características del hábitat en el que se desenvolvía el anquilosaurio eran compatibles con bosques y riberas de ríos. Los bosques ocupaban grandes extensiones de tierra y eran muy húmedos. De acuerdo a los fósiles de las plantas que habitaban en estos espacios, los especialistas han logrado llegar a la conclusión de que el tipo de plantas que abundaban allí eran de las más evolucionadas, es decir con flores y fruto que podían ser carnosos. Se ha establecido que el anquilosaurio tenía predilección por los espacios cercanos a ríos, ya que así tenían acceso a los dos recursos más importantes: agua y alimentos. En lo que respecta al clima de este hábitat, se afirma con total confianza que este era de tipo tropical o subtropical, en el cual la humedad y la temperatura eran elevadas. Hasta el momento se niega totalmente que el anquilosaurio habitara en zonas cercanas a las costas marítimas. Por lo tanto se ha establecido que se ubicaba en la parte interna del continente o de la isla Laramidia, mencionada con anterioridad.


Comparación con Otros Saurópodos

Entre los Ankylosaurus, Euoplocephalus está representado por muchos más hallazgos que Ankylosaurus. El Euoplocephalus era ligeramente más pequeño que el Ankylosaurus, pero mucho más acorazado, incluso sus párpados estaban protegidos por osteodermos. Pero el Ankylosaurus es mucho más conocido por el público en general. Sus restos se encontraron antes, y también influyó el hecho de que el nombre “Euoplocephalus” es mucho más difícil de pronunciar y recordar.

Curiosidades  

El Ankylosaurus tuvo que conformarse con un cerebro inusualmente pequeño, del tamaño de una nuez, como el de su pariente el Estegosaurios, que durante mucho tiempo fue considerado el dinosaurio más tonto. Por regla general, los herbívoros lentos y bien protegidos no necesitan un sistema nervioso desarrollado, sobre todo cuando su estrategia defensiva consiste en agazaparse en el suelo y tumbarse, agitando su peligrosa cola.


Conclusión

El Ankylosaurus y otros dinosaurios prehistóricos nos transportan a un fascinante mundo del pasado. A través de los fósiles descubiertos, hemos podido reconstruir su apariencia y aprender sobre su comportamiento en los ecosistemas de la época. Aunque aún quedan muchos misterios por resolver, cada hallazgo nos acerca más a comprender la historia de estos antiguos seres vivos.


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